Que conste que estoy totalmente de acuerdo en que algunas cosas (como todas las que mencionas) deben estar reguladas, empezando por los taxímetros, y acabando por el gas, la luz y el agua.
Es más, como buen levantino quizás hasta estés de acuerdo conmigo, en que los contadores de agua deberían usarse más a menudo (lo digo porque en Vilanova i la Geltrú no usamos), y emprender algún tipo de tarificación más normal (sin los mínimos que difícilmente superamos, por ejemplo) que permita fomentar el ahorro de agua.
Dicho esto, y para colgarme alguna medalla (y es que me quiero muuuucho, tanto que no puedo vivir sin mí), estuve metido de lleno en un producto de 'metrología legal' que, a diferencia del taxímetro, no garantizaba para nada que el usuario final no fuese engañado. Es más, el asqueroso tema legal en el que me vi envuelo me dio auténticas náuseas. En corto: el ente notificado que puede emitir 'veredicto' de legalidad sobre algunos de los productos sometidos a tal ley, no sólo participó en la redacción del reglamento legal, si no que es el único ente notificado de toda Europa que puede emitir certificados de conformidad.
Es muy triste que para hacer, por ejemplo, certificados de conformidad de algo como la EN-61010 o la EN-61000, algo básico, en España haya menos de una docena de entes notificados, mientras que en Alemania, igual hay 150 para hacer lo mismo. Y de algunas de las homologaciones, creo que entre ellas, están las de los taxímetros, pero igual estoy equivocado, sólo este ente notificado puede emitir certificados de conformidad. En la práctica, esto es un auténtico monopolio.
Lo más triste es ver que este ente notificado es propiedad de determinado ente financiero que por otra parte financia ciertas organizaciones muy llamativas (perdonando hipotecas, por ejemplo). Habiendo estado metido de lleno en una empresa que debía pasar por el aro (ni te imaginas en realidad la de cientos de miles de euros que significaba el tema) para poder fabricar un elemento sujeto a metrología legal, daba auténtica vomitera toda la vertiente política y la corruptela encubierta que el tema escondía. Esto es África, por mucho Estatut que se inventen. La corrupción está a la vuelta de la esquina, pero eso sí, bien disfrazada.