Hola amigos. Permítanme poner las cosas en relación. Yo soy nacido en Guayaquil, Ecuador. Allí viví 7 años. Luego 5 en Montevideo, Uruguay, 2 en Lima, Perú y 7 en Bogotá, Colombia. La suma de los años es mayor a los años de vida que tuve cuando el 15 de agosto de 1976 me fuí a Alemania completar mi bachiller alemán.
Volviéndome viejo mas y mas me falta Suramérica y su gente. Mas, cuando por salud ya nunca mas podré volver allá. Eso no es porque mi situación en Alemania sea difícil. Tengo una mujer, la describo como exótica, mona de ojos azules y 3 hijos. 2 niñas y un niño. Los 4 son un regalo que me ha dado Dios y estoy muy, pero muy agradecido. También entiendo, o creo entender, cuando personas de ese maravilloso continente están muy lejos der ver un mundo justo y pacífico. Es mas, estoy consciente que mis años en Suramérica los pasé en una situación muy privilegiada. Pero siempre que me encuentro con Suramericanos en Alemania existe esa química que compartimos aquellos que nacimos y vivimos allá. Recuerdo hace décadas, en un tren metropolitano de la ciudad de Hamburgo me encontré con un ecuatoriano. La pinta de alguien donde allá en Sudamérica cambiamos de lado de la calle. El era de la sierra, yo de la costa. Pero me dijo algo que no he olvidado. Aquí somos ecuatorianos.
Otro ejemplo de la última vez que visité Bogotá. De los tiempos privilegiados aún hoy somos miembros del "Country Club de Bogotá". Club que es realmente elitista. Ya tarde, cosa entre las 8:30 y 9:00 pm traté de conseguir un taxi para volver al apartamento de mi mamá. El guardia de la entrada me ayudo y se esforzó por conseguirme un taxi. Hay que mencionar que mi situación económica desde 2001 es precaria. Razón por la cual no me he dejado hacer una prótesis de los dientes de la mandíbula superior. Cuando finalmente apareció un taxi me senté junto al taxista y charlamos y en eso dije: No todo gringo es rico, por eso no tengo una prótesis. Tuvimos una charla muy amena. Cuando me bajé del taxi el taxista me miro con una sonrisa y me dijo: No todo gringo es rico! Hay que saber que en Bogotá es muy frecuente que falsos taxistas recojan gente, manejan unas cuantas cuadras y entonces se sube mas gente y empieza un tour por los cajeros automáticos y te fuerzan a sacar todo el dinero de tus cuentas. Eso también es una faceta del Suramericano.
pero hoy y eso desde hace años me he vuelto aficionado a la música de mi juventud y mas vieja todavía. Aquí el enlace a un video de Youtube: "Viejitas & Bonitas Baladas del Ayer 60s 70s y 80". O quién de mi generación no recuerda a Jeanette o Jorge Villamil o Silva y villalba. Recuerdo cuando mi papa nos llevaba a la finquita que mi abuelo paterno fundo en los montes del Huila cerca del páramo de Puracé. Quien va en la carretera mucho antes de llegar a Neiva aparece una montaña en forma de como, el cerro de pacandé. Mi para entonces entonaba la canción: "Al Sur, al Sur del Cerro de Pacandé...". Aún ahora, escuchando esa canción mis ojos se llenan de lágrimas.
Son ese tipo de lágrimas que llenan el corazón y le confirman a uno que maravillosa vida se ha tenido y que amor siento por las gentes de ese continente. Hay otra canción de esas colombianas donde se habla del viejo que añora la tierra española de la cual vino. Esa emocionalidad vivirla y sentirla me llena de gratitud y de dicha. Es como cuando en mi juventud un buen amigo de madre ecuatoriana y padre suizo se "goza" esa emocionalidad de amores perdidos o mas honradamente dicho entonces no vividos escuchando música romántica y tomar trago. Que raro que ese dolor es algo maravilloso.
Volviéndome viejo mas y mas me falta Suramérica y su gente. Mas, cuando por salud ya nunca mas podré volver allá. Eso no es porque mi situación en Alemania sea difícil. Tengo una mujer, la describo como exótica, mona de ojos azules y 3 hijos. 2 niñas y un niño. Los 4 son un regalo que me ha dado Dios y estoy muy, pero muy agradecido. También entiendo, o creo entender, cuando personas de ese maravilloso continente están muy lejos der ver un mundo justo y pacífico. Es mas, estoy consciente que mis años en Suramérica los pasé en una situación muy privilegiada. Pero siempre que me encuentro con Suramericanos en Alemania existe esa química que compartimos aquellos que nacimos y vivimos allá. Recuerdo hace décadas, en un tren metropolitano de la ciudad de Hamburgo me encontré con un ecuatoriano. La pinta de alguien donde allá en Sudamérica cambiamos de lado de la calle. El era de la sierra, yo de la costa. Pero me dijo algo que no he olvidado. Aquí somos ecuatorianos.
Otro ejemplo de la última vez que visité Bogotá. De los tiempos privilegiados aún hoy somos miembros del "Country Club de Bogotá". Club que es realmente elitista. Ya tarde, cosa entre las 8:30 y 9:00 pm traté de conseguir un taxi para volver al apartamento de mi mamá. El guardia de la entrada me ayudo y se esforzó por conseguirme un taxi. Hay que mencionar que mi situación económica desde 2001 es precaria. Razón por la cual no me he dejado hacer una prótesis de los dientes de la mandíbula superior. Cuando finalmente apareció un taxi me senté junto al taxista y charlamos y en eso dije: No todo gringo es rico, por eso no tengo una prótesis. Tuvimos una charla muy amena. Cuando me bajé del taxi el taxista me miro con una sonrisa y me dijo: No todo gringo es rico! Hay que saber que en Bogotá es muy frecuente que falsos taxistas recojan gente, manejan unas cuantas cuadras y entonces se sube mas gente y empieza un tour por los cajeros automáticos y te fuerzan a sacar todo el dinero de tus cuentas. Eso también es una faceta del Suramericano.
pero hoy y eso desde hace años me he vuelto aficionado a la música de mi juventud y mas vieja todavía. Aquí el enlace a un video de Youtube: "Viejitas & Bonitas Baladas del Ayer 60s 70s y 80". O quién de mi generación no recuerda a Jeanette o Jorge Villamil o Silva y villalba. Recuerdo cuando mi papa nos llevaba a la finquita que mi abuelo paterno fundo en los montes del Huila cerca del páramo de Puracé. Quien va en la carretera mucho antes de llegar a Neiva aparece una montaña en forma de como, el cerro de pacandé. Mi para entonces entonaba la canción: "Al Sur, al Sur del Cerro de Pacandé...". Aún ahora, escuchando esa canción mis ojos se llenan de lágrimas.
Son ese tipo de lágrimas que llenan el corazón y le confirman a uno que maravillosa vida se ha tenido y que amor siento por las gentes de ese continente. Hay otra canción de esas colombianas donde se habla del viejo que añora la tierra española de la cual vino. Esa emocionalidad vivirla y sentirla me llena de gratitud y de dicha. Es como cuando en mi juventud un buen amigo de madre ecuatoriana y padre suizo se "goza" esa emocionalidad de amores perdidos o mas honradamente dicho entonces no vividos escuchando música romántica y tomar trago. Que raro que ese dolor es algo maravilloso.