La radio o la vida, Edwin Armstrong

Fogonazo

"Qualified exorcist approved by the Vatican"
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Las guerras de ideas han existido desde siempre, y las guerras de patentes... ¡ desde que se inventaron !

Hoy en día las cosas son distintas: demandas entre grandes corporaciones y acusaciones de plagio. No es una cuestión de atribución, sino puramente económica. Como todos sabemos ya, Apple demanda a Samsung, y ahora la red de ferrocarriles suizos demanda a Apple. Aquí no se libra nadie y quien tenga mejores abogados, gana.

Me he servido de esta pequeña introducción para contar brevemente la vida de Edwin Howard Armstrong, ingeniero eléctrico estadounidense e inventor del circuito regenerativo, el receptor heterodino, y sobre todo de la radio FM, por la cual dió su vida, por así decirlo.

Ya desde niño, Armstrong mostró interés por los sistemas eléctricos y mecánicos, especialmente los trenes, construyendo incluso antenas caseras. Cumpliendo con el servicio militar durante la Primera Guerra Mundial, fue enviado a París donde estableció un sistema de telecomunicaciones inalámbricas, bajo el rango de capitán. Fue posteriormente, ejerciendo como profesor en la Universidad de Columbia, donde comenzó a dar salida a sus ideas. Sirviéndose del circuito regenerativo fue capaz de demostrar de forma práctica el funcionamiento del audión, algo que el propio Lee De Forest no fue capaz de hacer, al menos no completamente.

Pero su mayor logro llegó cuando descubrió que también podía transmitirse información por radio modulando la frecuencia, y no sólo la amplitud. En 1933 Armstrong recibió la patente de la radio FM de banda ancha. Es aquí donde inició su lucha por imponer la FM sobre la AM, primero trabajando para la compañía RCA, instalando una antena en el Empire State y emitiendo señales a más de 100 Km de distancia. Pero por aquel entonces, la RCA ya disponía de su propio sistema de retransmisión de TV, y decidió no adquirir la patente de Armstrong.

Posteriormente, dejó pasmados a los miembros de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) con un concierto de Jazz (en diferido) de calidad sonora insólita.

Tras desvincularse de la RCA, ésta inició acciones para evitar la expansión de la FM. Indirectamente esto también interesaba a otros grandes como la CBS o AT&T, con lo que la oposición fue creciendo exponencialmente. Lo paradójico es que al final la RCA desarrolló su propio sistema basado en FM, consiguiendo una patente, e iniciando una guerra contra Armstrong por la atribución. En este caso el ingeniero tenía todas las de perder, y los interminables litigios acabaron haciendo mella en su solvencia y cordura.

En un mal día, tras una fuerte discusión Armstrong golpeó a su mujer con un atizador de brasas, y ésta le abandonó. El 31 de enero de 1954, sin poder soportar más las presiones legales relacionadas con las adjudicaciones de las patentes, y la desaparición de su querida Marion (a quien había regalado la primera radio radio portátil del mundo), Armstrong se tiró por la ventana de su apartamento en Nueva York, desde un decimotercer piso.

Después de su muerte, su viuda fundó una sociedad para el reconocimiento de sus obras, y finalmente la ley le concedió la atribución como inventor del primer sistema en FM.

Pero, ¿podemos decir que tuvo éxito su invento?
Bueno, basta con encender la radio...

Autor: Redacción revista Elektor
 
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