Esos ángulos no son una mala idea, pero tienen que estar bien dimensionados.
Pensá en el ángulo como una sección de manguera de goma (de esas blanditas, marrones y de latex de laboratorio, bien elástica) conectada a dos caños por los que circulará agua a presión.
El caño de entrada representa a los transistores y es de mayor diámetro que el de salida.
Viene un golpe de presión (un pico de calor generado por los transistores) y la manguera elástica se hincha (se calienta el ángulo). La manguera se va a seguir hinchando mientras no baje la presión de entrada o tenga alguna manera de salir el agua.
Traducido a los transistores, el ángulo se va a calentar mientras le pasa el calor al disipador (claro que distribuye le calor en el ángulo también). Lo necesario entonces es que el ángulo pueda manejar la cantidad de calor que genera la salida y que su temperatura no difiera mucho de la del disipador. Si eso pasa, es que algo no está bien en el sistema.
En fin, lo que antes era calor desde los transistores al disipador, ahora es transistor->ángulo->disipador, y cada transferencia térmica suma un poco de resistencia (no existe la transferencia perfecta, pregúntenle a la señorita Eugenia Termodinámica).
Va a ir un poco más caliente, pero el montaje se hace mucho más simple. El único problema sería que la manguerita reventara y ahí sí que se va todo al diablo y se lleva a los transistores de salida con ella

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Por eso, a más calor generado, más espesor de la L de aluminio y más cuidado en la unión térmica con el disipador.
Hay formas de caclular todo eso, pero no son simples para nada, lo más práctico es medir temperaturas y si alguna se empieza a disparar, algo anda mal.
Saludos