FRECUENCIA DE ONDA
Los efectos de la corriente sobre las personas, es casi independiente de la frecuencia, hasta unos 1.000 ciclos/s, no importando si esta es continua o alterna. Por debajo de este valor aparecen fenómenos térmicos, farádicos y electrolíticos, principalmente.
Para frecuencias por encima de los 350 KHz, las corrientes no interfieren apreciablemente con los procesos nerviosos y sólo producen calor. Podemos entender así, cómo y por qué, las corrientes elegidas para la electrocirugía, se desarrollan en frecuencias por encima de los 500 KHz (0.5 MHz).
A estas frecuencias, la conducción eléctrica y la absorción orgánica de las ondas se hace más compleja. A medida que la frecuencia aumenta, la energía, como vimos, tiende a ser radiada. Aparecen pues dos mecanismos de producción de calor:
- Por efecto Joule, debido a la resistencia eléctrica del tejido a la conducción de la corriente.
- Por absorción de radiación electromagnética, debido a las estructuras moleculares. Movimiento rotacional de las moléculas de agua (que son estructuras dipolo) en campos electromagnéticos alternantes y la onda electromagnética correspondiente.
Las moléculas de agua se excitan por la onda electromagnética incidente que provoca una rotación rápida. Las moléculas de agua en rotación producen un efecto mecánico de fricción que se transforma en calor. Con los cambios rápidos de polaridad, la resistencia inherente al movimiento de los iones y la rotación de las moléculas de agua produce calor. La resistencia y la producción de calor dependen de la impedancia del tejido tratado.
La profundidad alcanzada con el cambio de fase de la onda electromagnética corresponde al campo de RF aplicado, al cambio de la potencia entregada, el tiempo de aplicación y las condiciones de enfriamiento.
Un efecto y otro tomarán más relevancia a medida que vayamos aumentando la pulsación. En electrocirugía se hacen los dos importantes a frecuencias hasta un MHz. Para frecuencias entre un MHz y tres MHz de ciclos, es dominante la radiación electromagnética.
La frecuencia de emisión de la Radiofrecuencia influye, a mayor frecuencia, (menor longitud de onda) en una menor penetrabilidad. Además, el efecto que genera el paso de la radiación electromagnética en forma de radiofrecuencia en los tejidos superficiales del organismo es dependiente de su frecuencia.
Con Radiofrecuencias iguales o inferiores a los 10-15 MHz el efecto térmico que se origina se debe al efecto Joule, los tejidos ofrecen resistencia al paso de la corriente y la energía de la radiofrecuencia se transforma en calor. A partir de los 15 MHz la energía de la radiofrecuencia produce su efecto en función de la fricción molecular.
Se pueden clasificar las emisiones de Radiofrecuencia en tres grupos:
- RF mayor de 10 GHz: Estas emisiones son absorbidas por la superficie de la piel y llega poca energía a los tejidos inferiores. Para que estas emisiones produzcan efectos perjudiciales para la salud como cataratas o quemaduras cutáneas es necesaria una potencia superior a 1000w/m2.
- RF entre 1 MHz y 10 GHz: Este tipo de Radiofrecuencia penetra en los tejidos expuestos y produce un calentamiento de los mismos debido a la absorción de energía. La penetración de la RF depende del comportamiento eléctrico del tejido, el tamaño del tejido en relación a la emisión y la forma del tejido, geometría y orientación con respecto a la radiación. El resultado del calentamiento tisular puede alcanzar subidas de temperaturas de hasta 11ºC.
- RF menor de 1 Mhz: Este tipo de Radiofrecuencia no induce un calentamiento significativo sino corrientes y campos eléctricos en los tejidos que se miden en densidad de corriente en amperios/m2. Estas corrientes eléctricas pueden producir interferencias con las corrientes fisiológicas fruto de las reacciones químicas del organismo y producir contracciones involuntarias o arritmias, para ello deben ser suficientemente potentes.
En situación fisiológica normal, las reacciones químicas del organismo se acompañan de movimientos de cargas y corrientes eléctricas. La densidad de dichas corrientes es de 10mA/m2. Para que las corrientes inducidas por aplicaciones de radiofrecuencia de frecuencia menor a un MHz interfieran con el funcionamiento normal del cuerpo humano es necesario que la densidad de dichas corrientes sea al menos 100 mA/m2, diez veces mayor. (Gonzalo Piédrola)16