Saludo, saludos a todos los integrantes y participantes de este valioso "foro".
Mi nombre es Melquisedec Martínez, incurriendo en la electrónica desde mis 17 años allá en 1978, que fue cuando comencé con la electrónica estudiando y dañando radios y aparatos de toda clase. En ese entonces, ellos eran a base de bulbos o tubos al vacío. También llevé mis buenos corrientazos (choques eléctricos gratuitos) o quizás por bruto. Jejeje. De los que más llevé fue de los flyback de TV en blanco y negro apagados, pero que los tocaba en sus filamentos sin tener las debidas protecciones ni precauciones. ¡Vayan ustedes a saber...!
Una vez estaba yo sentado en mi silla de madera enfrente de mi mesa de trabajo. Tenía mis dos pies en los pedales de la silla, pues eso me hacía estar bien seguro de no hacer "tierra" mientras le inyectaba señal a la etapa amplificadora de un pequeño radio de tubos. De un momento a otro, sentí una tremenda descarga eléctrica que hasta me espantó del susto y el choque. Cuando miré a ver de dónde vino el posible error mío (pensando que tal vez me había descuidado tocando con uno de mis pies al suelo). Y no fue así. Fue que mi querida madre vino a mi espalda curiosa y descalza. Al tocarme en mi espalda, el fuetazo nos cayó a los dos. No sé por qué fui yo quien más sintió el corrientazo. Pues ella simplemente retiró su mano de mi cuerpo mientras yo quedé en chock.
Bien, este ha sido mi saludo.
Mi nombre es Melquisedec Martínez, incurriendo en la electrónica desde mis 17 años allá en 1978, que fue cuando comencé con la electrónica estudiando y dañando radios y aparatos de toda clase. En ese entonces, ellos eran a base de bulbos o tubos al vacío. También llevé mis buenos corrientazos (choques eléctricos gratuitos) o quizás por bruto. Jejeje. De los que más llevé fue de los flyback de TV en blanco y negro apagados, pero que los tocaba en sus filamentos sin tener las debidas protecciones ni precauciones. ¡Vayan ustedes a saber...!
Una vez estaba yo sentado en mi silla de madera enfrente de mi mesa de trabajo. Tenía mis dos pies en los pedales de la silla, pues eso me hacía estar bien seguro de no hacer "tierra" mientras le inyectaba señal a la etapa amplificadora de un pequeño radio de tubos. De un momento a otro, sentí una tremenda descarga eléctrica que hasta me espantó del susto y el choque. Cuando miré a ver de dónde vino el posible error mío (pensando que tal vez me había descuidado tocando con uno de mis pies al suelo). Y no fue así. Fue que mi querida madre vino a mi espalda curiosa y descalza. Al tocarme en mi espalda, el fuetazo nos cayó a los dos. No sé por qué fui yo quien más sintió el corrientazo. Pues ella simplemente retiró su mano de mi cuerpo mientras yo quedé en chock.
Bien, este ha sido mi saludo.